Si tienes un mal día, si las cosas no te funcionan como toca, si el ordenador se te cuelga más de lo normal y te entran ganas de destrozarlo, si odias al tipo de enfrente que es un vago… siempre puedes pensar que hay mucha, mucha gente como tú.
Relax, las cosas, con paciencia, terminan por solucionarse.
Y si no, siempre nos queda recurrir al Homo neanderthalensis que llevamos dentro:
Especial atención al tío de la impresora y el efecto «toner splash».
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