Trataré de ser todo lo benévolo posible con esta segunda entrega de la adaptación cinematográfica de las novelas de C.S. Lewis.
Pero aún siendo benévolo el adjevito que mejor la describe es el de sosa.
Partiendo de que se trata de un género que tiene ya claras muestras de estar sobre-exprimido, Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian nos trata de volver a intentar sumergir en un mundo de fantasía plagado de seres mitológicos y con una ambientación cercana a la Edad Media.
¿El problema? Que ni el mismo director se lo cree.
No he tenido tiempo de leerme ninguno de los libros de Lewis, pero rezo porque tengan algo más de sustancia. Porque que Dios nos coja confesados si cada libro sigue la misma estructura que nos han mostrado en las dos películas: niños aburridos en la Inglaterra de la I Guerra Mundial, niños que por la casualidad y la magia aparecen en un mundo de fantasia a punto de ser destruido, niños que ¿luchan? contra seres poderosos y los derrotan y finalmente niños que regresan a su Inglaterra natal para continuar con su triste existencia añorando a los pequeño animalicos que habitan en Narnia…
Caso a parte, desde mi punto de vista, sería el tema del doblaje. No sé muy bien si es porque se trata de niños o por qué, pero las voces de los 4 protagonistas son lamentables. Y claro, es complicado sumergirte en la trama argumental si cuando habla la cría te preguntas quién habrá sido el lumbreras que habrá escogido esa voz.
Supongo que como conclusión se puede decir que es una película que se ve, pero que no da más de sí.
Eso sí, como apunte final, deberían prohibir la entrada de palomitas al cine… pero eso ya es otra cuestión.
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