El pasado Sábado, tras el fin de semana festero destroyer anterior, tocó reunión de amig@s para una noche de relax con cenita y cine.
Aunque tuvimos ciertos problemas «logísticos» para cenar (terminamos cenando en el Burger King) pudimos coger un buen sitio en el cine: buscar buena colocación para 7 personas es complicado.
La película partía con bastante bombo mediático y con dos puntos importantes: el papel protagonista de Brad Pitt con su caracterización y las 2 horas y 40 minutos que duraba.
Con sus 13 nominaciones al Óscar, bien merecidas todo sea dicho, la historia que se presenta está a medio camino entre un cuento de los que te susurraban antes de dormirte de pequeño y una novela psicológica profunda.
El argumento es por todos conocido, Benjamin Button es un niño que nace viejo y cuyo caminar por la vida sigue el sentido opuesto al natural: conforme pasan los años él se va haciendo más joven.
Y es su historia y cómo ha de convivir con lo que le hace tan distinto al resto lo que permite al espectador sumergirse e identificarse con él.
La actuación de sus dos principales protagonistas: Brad Pitt y Cate Blanchet es tremenda. El maquillaje, la ambientación y los efectos visuales para conseguir la sensación del paso del tiempo roza la perfección. Y sobretodo el mensaje, esa idea que se mantiene durante toda la película como si de una suave neblina se tratase: Nada es para siempre, pero cuando sucede, entiendes por qué merece la pena.
Sin lugar a dudas los 6€ mejor empleados en una sala de cine en mis últimos 4 meses.
PD: «… ¿os he contado alguna vez que me han caido 7 rayos? …»
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