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Las cinco razones por las que American Hustle es una buena película

Después de mucho rondarla al final ayer me hice a la idea y pude ver por fin American Hustle (La gran estafa americana).

Esta vez, al ser una peli no muy reciente, en lugar de hacer una crítica propiamente dicha os daré las cinco razones por las que deberiáis verla:

1. Amy Adams

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Esto es por si motivo suficiente para ver la película de cabo a rabo. No es que esté espectacular, que lo está, sino que además se merienda a la pantalla con una soltura increíble. Cada plano que la incluye es una gozada para los sentidos (todos). Por si fuera poco, la evolución de su personaje es probablemente lo mejor de la película.

2. Christian Bale y Bradley Cooper

Detrás de la reina vienen los caballeros. Bale y Cooper bailan al son de una melodía que a veces suena a comedia y otras a drama. Enlazados en un argumento que por momentos es retorcido hasta llegar a los límites de la credibilidad, estos dos señores mantienen con tino la tensión interpretativa de toda la película. Muchos de los que critican a Bale por su falta de expresividad tienen en American Hustle un motivo para reflexionar.

3. La narrativa

American Hustle no es una película al uso. El juego de tiempos desde el principio junto con algunas escenas musicales exquisitas redondean una película que sin alcanzar el nivel de genialidad pasa por una propuesta realmente divertida. La forma que David O. Russell nos cuenta la historia se aleja de lo convencional para explorar caminos menos conocidos.

4. La ambientación

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Esos años setenta de tupés imposibles y cuellos de camisa en caída libre con el pecho lobo como emblema están fantásticamente reproducidos a lo largo de toda la película.

5. A Boyero no le gusta

Esto ya es algo muy personal, pero cuando al señor iluminado de Carlos Boyero no le gusta una película, en mi caso, es sinónimo de peliculón. A esta la pone a parir con su estilo respetuoso «los personajes, los diálogos, las situaciones aspiran a la complejidad, pero todo es vacuo, falso, manierista y aburrido». Así que ya sabía, antes de verla, que iba a disfrutarla.

En definitiva una de esas películas a las que uno le puede dar una oportunidad.

Ah, y de nuevo, Amy Adams.

Nota: 7/10

Crítica: El lado bueno de las cosas.

Está claro que comedias románticas tenemos a patadas en la historia del cine. «El lado bueno de las cosas» [ Silver Linings ] no aspira a ser más que eso, una entretenida comedia romántica. Pero lo realiza de una forma poco ortodoxa. En una sociedad donde lo normal lo marcan patrones de belleza impuestos desde los departamentos de márketing y donde las líneas rectas sin defectos son las únicas admitidas esta película trata de mostrarnos una realidad bastante diferente: todos tenemos un poco de locura, un poco de imperfección, y eso es lo que nos hace realmente interesantes.

El planteamiento resulta bastante sencillo: loco conoce a loca y pasan cosas. Pero encierra mucho más. Esconde de forma bastante sutil, tras una estupenda actuación de Bradley Cooper, un mensaje sincero: en la superficie no vas a encontrar la felicidad, nunca. La verdadera belleza del ser humano está  en el fondo. O también que estamos todos un poco locos.

Sumémosle la siempre interesante aportación de un obsesivo-compulsivo Robert De Niro y la notable, aunque por lo que he visto duramente criticada, presencia de Jennifer Lawrence (Los Juegos del Hambre), con esa mirada la pueden seguir criticando eternamente que yo la seguiré yendo a ver, y tenemos como resultado una entretenida comida de locos y de amor, o de locuras de amor, pero que nos aporta dosis de realidad que hacía tiempo que no veía en las edulcoradas versiones infumables del chico conoce a chica y se enamoran que nos llegan del otro lado del Atlántico. Esta por lo menos es más creíble. Más digerible.

Luego ya podemos discutir si el final mantiene la brillantez que asoma en muchos momentos de la película pero sería obviar buena parte del producto.

En muchas ocasiones he mantenido que una parte importante de una película, de un libro, de una pieza de arte en general es el sabor. Esa sensación con la que nos quedamos una vez la terminamos. Con «El lado bueno de las cosas» el sabor es, esencialmente,  ese. En este mundo que a veces nos resulta tan complicado el que aprende a saborear el lado bueno de las cosas es el que termina siendo verdaderamente feliz.

Nota: 7/10