Para empezar un mensaje directo a los «traductores» de la película: habría sido una idea genial no tocar el nombre. «El destino de Júpiter» hace que pierda todo el sentido el título.

Bien, vamos a la faena.

La película es mala.

Podría terminar la crítica con esta frase y habría conseguido condensar en 4 palabras la serie de catastróficas circunstancias que hacen de la nueva cinta de los hermanos Wachowski una experiencia prescindible.

Viniendo dirigida por alguien en cuyo haber tenemos películas de la talla de V de Vendetta, El Atlas de las nubes o la trilogía de Matrix, entré al cine con esperanza. Asumía que no iba a olerle ni la suela de los zapatos a Interstellar (de temática supuestamente similar) pero albergaba la ilusión de que se tratase de una historia atrayente y, en definitiva, divertida.

Empezamos mal si el peso de la historia recae sobre los hombros de una insípida Mila Kunis que es incapaz de despertar ningún tipo de emoción durante las más de dos horas de metraje y en un Channing Tatum que bueno, es Channing Tatum pero con perilla tintada de rubio: un despropósito.

No digo ya nada del oscarizado Edward Redmayne, que todo lo que parece tener de buen intérprete lo gastó en La Teoría del todo: su papel aquí roza el ridículo más espantoso.

El argumento lo destripa prácticamente el trailer: estamos en una Tierra actual en la que Mila Kunis sobrevive limpiando lavabos y se da la casualidad de que es alguien de suma importancia para una lucha de fuerzas de una dinastía de poderosos nobles que rigen los designios de un universo tan vasto como desconocido para los terrícolas.

En sí el fondo que subyace a la historia resulta tremendamente atractivo y con una dirección más adecuada (y un guión en condiciones) podríamos estar hablando del inicio de una nueva franquicia de cine de ciencia ficción.

Me imagino que a los Wachowski les surgiría un dilema parecido cuando estaban trabajando en el guión: ¿Qué hacer para que con una idea tan estupenda el resultado guste a todos?

Intuyo que Andy le diría a Lana: ¿Ey Lana, y si metemos una historia de amor a lo teenage movies? Ahora lo de los Juegos del Hambre lo está petando y ya sabes lo fan que soy de Edward el de Crepúsculo.

Lana iría más allá y le diría: «Genial Andy, pero añadamos un poco del rollo este de Matrix que tanto nos funcionó: vivimos en un mundo engañados y servimos como ganado».

Suena surrealista pero no es nada comparado con la cantidad de referencias a otras películas que uno puede encontrar mezcladas y desordenadas en Jupiter Ascending. Hasta la banda sonora recuerda en momentos a la maravillosa Asato Ma Sadmagaya

En definitiva que uno sale del cine mareado entre la confusión de no saber muy bien qué película ha visto y el estupor de constatar las incapacidades interpretativas de los protagonistas de esta poca afortunada vuelta de los hermanos Wachowski al celuloide.

Poco recomendable

Nota: 4/10