Siguiendo con la saga de los Robots de Isaac Asimov que empecé a principios de año esta semana me he terminado «El Sol desnudo», que viene a ser el tercer libro de esta colección.
A pesar de mantener la estructura de corte policíaco que comenzó en Bóvedas de Acero con el terrestre Elijah (Elías en la traducción que leí) Bailey junto con el auroriano R. Daneel Olivaw como protagonistas, las diferencias entre ambos libros son notables.
Si bien en el primero nos encontramos con una historia ambientada por completo en la Tierra que le sirve a Asimov para presentárnosla y centrar temporalmente la historia, en «El Sol desnudo» empezamos a conocer mucho más de los progresos de la humanidad, de su colonización planetaria y, sobretodo, de las divergencias socioculturales que se producen entre planetas hasta el punto de desarrollarse modelos económicos e incluso ecosistemas completos totalmente diferentes.
Lo cierto es que además de la interesante historia de misterio que comienza, como casi todas, con un asesinato sin resolver, El Sol desnudo pone encima de la mesa un escenario posible donde la humanidad deja de vivir en un solo mundo.
Resulta tremendamente interesante analizar desde la óptica de Asimov las posibles consecuencias de esta colonización planetaria, enfrentándolas con las que produjo la colonización europea. Choques culturales, sociedades divergentes, miedos irracionales ante un profundo desconocimiento de seres que son semejantes pero que proceden de lugares distintos, etc.
Y con todo esto, de fondo, una pregunta se repite constantemente: ¿existen modelos de conducta social alternativos al nuestro? ¿son viables? Asimov, por boca de los nativos de cada lugar, dará los argumentos necesarios para plantear el debate.
En definitiva, El Sol desnudo es una historia de misterio con una excelente ambientación que te plantea dudas acerca de la condición humana y su desarrollo a lo largo del tiempo.
Nota: 7.5/10