Soy de los que consideran las críticas realizadas por «críticos profesionales» bastante poco fiables: lo que a ellos les puede parecer una exquisita obra intimista donde el director vuelca sus inquietudes metafísicas a mi suele parecerme el mayor de los tostones realizados. 

Pese a todo termino siempre cayendo con facilidad cuando leo alguna de sus grandilocuentes reseñas y decido que es motivo suficiente como para comprobarlo a costa de mi tiempo y, por ende, mi cartera.

Her (2014) venía precedida por una estupenda crítica y una larga lista de premios y nominaciones que había culminado con el Óscar al mejor guión en la última de las ediciones de los premios.

Buena crítica, premios importantes y un buen director. Spike Jonze.

Y a todo esto le teníamos que añadir tres ingredientes inequívocamente atractivos: Joaquin Phoenix en el papel protagonista, Scarlett Johanson (o su dobladora) como su compañera y una historia que giraba entorno al amor entre un humano y un sistema operativo.

Incomprensiblemente surrealista

Si habéis leído hasta aquí y os consideráis geeks, frikis o sencillamente amantes de la ciencia ficción os he dado los motivos justos y necesarios para salir corriendo a quemar los 7€ que teniáis pensado gastaros en la última figurita del Ataque de los Titanes o en la versión coleccionista de El Hobbit.

¡Craso Error!

Desde el minuto cero Her es la pelicula más absurda que he visto en muchísimo tiempo. Una constante emanación de sinsentidos con una carencia total de base científica hilvanados entre eternos y soporíferos monólogos que pretenden, sí, pretenden porque no llegan jamás a conseguirlo, quedarse a caballo entre la ironía y la crítica social con un toque de humor romántico. Sus jodidas ganas.

Es imposible sumergirse en la película porque cada diálogo entre su protagonista y, recordemos, un sistema operativo (es decir, un sistema SOFTWARE que desconoce salvo por programación previa, cualquier cosa relacionada con el mundo físico) es más absurdo que el anterior.

Si el pobre de Isaac Asimov levantase la cabeza no podría sino vomitar sobre la butaca.

A los que en su día nos leímos la saga de Ender, Samantha, que así se llama nuestro querido Windows ME edición SIRI, nos recuerda tanto a Jane que por un momento creemos estar viendo al joven Wiggins hablándole a través de la joya de su oído. Puro espejismo. Lo que en la novela de Card se sustentaba a partes iguales entre la ciencia y la ficción en Her lo tiene todo de ficción a lo comedia romántica de Antena 3.

Lo único salvable: Phoenix

Las dos largas, eternas, horas que dura el largometraje serían todavía peores sino fuera por un incontestable Phoenix que se vuelca en dar vida a un perdedor frustrado que no sabe cómo encajar los sentimientos que empiezan a surgir desde lo más profundo de su interior hacia una voz que le susurra al oído. Lo hace genialmente bien, pero con él solo no basta. No es suficiente una actuación magistral si cada 5 minutos te preguntas a qué mente medianamente pensante se le ocurriría tamaña bazofia de historia.

A la Johanson en la versión española ni se le ve ni se le escucha. No querido Bruno, no, dudo mucho que la VOS salve a este esperpento hecho película.

Podría hablar de la fotografía, que es bastante más que decente, e incluso de una interesante banda sonora, pero me repetiré una vez más: todo lo ensombrece una historia tan estúpida como predecible.

A mi ya me robaron en su día dos horas de mi vida. No permitáis que os hagan lo mismo.

Nota: 2/10.