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Final del 1Q – Revisando objetivos de 2023

Este enero publiqué un post en el que me marcaba una serie de objetivos para el año 2023. A diferencia de otros años, no voy a dejar pasar esa publicación hasta que, 365 días después, la recupere para evaluar si el año ha ido bien o no.

En su lugar, mi intención es dividir el año en cuartos (o trimestres) y analizar dónde me encuentro para poder redirigir mis esfuerzos adecuadamente.

En este post, quiero compartir contigo mis reflexiones sobre los objetivos que me había propuesto para el primer cuarto (1Q) y los resultados que he obtenido hasta ahora.

Además, voy a planificar nuevas acciones para el segundo trimestre del año, con el fin de continuar avanzando hacia mis objetivos y mejorar mi calidad de vida.

Objetivos anteriores

Lo primero es recuperar de la publicación Propósitos para 2023 la lista de propósitos que me planteé para 2023:

  1. Leer 15 libros (~1/mes)
  2. Publicar 24 posts (2/mes)
  3. Hay 4 series que quiero empezar
  4. 3 Certificaciones.
  5. Deporte y vida sana. 
  6. Latín. 
  7. Proyectos. 
  8. Vida.

Una breve revisión de ellos me hace ver evidentes errores en la lista. Mientras que los objetivos 1, 2, 3 y 4 son medibles y específicos, el resto no son más que una propuesta genérica difícilmente evaluable.

¿Qué significa «Proyectos»? ¿Terminar 3 proyectos? ¿Iniciarlos?

Existe mucha literatura tras la formulación de objetivos. Quizá la más reconocida es la técnica SMART:

Así que, basándome en ella, voy a reformular mis objetivos del año:

  1. Leer 15 libros (~1/mes)
  2. Publicar 24 posts (2/mes)
  3. Hay 4 series que quiero empezar y terminar
  4. Quiero obtener 3 Certificaciones.
  5. Hacer deporte 2 veces a la semana. / Bajar a 80kg.
  6. Terminar el libro de Latín. 
  7. Completar el Proyecto Legendarium. Poner en marcha el Proyecto Alianza Digital.
  8. Viajar a 3 destinos diferentes a lo largo del año.

Los objetivos, de esta forma, son específicos, pueden ser medidos, se trata de objetivos relativamente alcanzables y relevantes y están asociados a un margen temporal.

Evaluación de resultados

Veamos qué tal llevamos el progreso:

  1. Leer 15 libros: 1Q 7/15. 46%
  2. Publicar 24 posts: 1Q 5/24. 21%
  3. Hay 4 series que quiero empezar. 1Q 1/4 . 25%
  4. 3 Certificaciones. 1Q 0/3. 0%
  5. Hacer deporte 2 veces a la semana. / Bajar a 80kg. Al haber redefinido el objetivo, lo evaluaré en el 2Q.
  6. Terminar el libro de Latín. No iniciado.
  7. Completar el Proyecto Legendarium. Poner en marcha el Proyecto Alianza Digital. 1Q Legendarium 20%.
  8. Viajar a 3 destinos diferentes a lo largo del año. 1Q 0/3. 0%

En líneas generales, no voy mal. Cuatro de los ocho objetivos llevan buen ritmo, a pesar de que otros 3 no los he iniciado.

Teniendo en cuenta de que estamos todavía en el primer trimestre del año, puedo permitirme este margen de maniobra. El 2Q es el momento ideal para pegarle un buen empujón a aquellos objetivos que todavía no se han movido o que han avanzado mínimamente durante estos últimos 3 meses.

Planficación para 2Q

Partiendo de la reformulación de los objetivos de 2023, voy a repartir los pesos, en términos de prioridad, para cada uno de ellos, suponiendo que el total de los pesos es 100:

ObjetivoPeso
Leer 15 libros5
Publicar 24 posts10
Serie Mítica 10
Certificación20
Deporte 2 veces por semana10
Latin15
Proyecto Legendarium15
Viajar a 1 destino15
Total100
Reparto de pesos por objetivos de 2023

De esta forma sé que, a partir de ya, debo enfocarme tanto en los últimos 3 objetivos como, sobre todo, en el de obtener alguna certificación interesante.

El proceso de revisión es clave porque permite evaluar a tiempo el rumbo de los acontecimientos y poder modificar aquello que sea necesario con tal de asegurar llegar al destino deseado.

Conclusión

Una de las grandes carencias con las que me he enfrentado a lo largo de mi vida en el terreno de la planificación personal ha sido una mezcla de lo que que contiene esta publicación.

Por un lado, objetivos poco realistas, poco medibles y, por tanto, prácticamente irrealizables.

Por otro, una falta de revisión que permitía que mis avances, bien se estancaran, bien no siguieran un rumbo satisfactorio.

Veremos qué nos depara este segundo trimestre. Volveré a somarme aquí en unos meses y os contaré.

Todos necesitamos un plan

IF

En el día a día muchas veces solemos quejarnos de que no disponemos del tiempo suficiente para completar todo aquello que nos habíamos propuesto y, en muchas ocasiones, un problema bastante simple subyace a esta situación: la no existencia de un plan de trabajo definido.

Cuando iniciamos la jornada tenemos en la cabeza o anotadas en alguna agenda, papel, post-it o similar, un conglomerado de ideas/tareas que debemos llevar a cabo. Pero toda esa información está sin clasificar y, lo que es todavía peor, sin definir.

Conceptos tan vagos como «estudiar matemáticas» o «escribir en el blog» no sirven prácticamente para nada.

Define tus tareas.

A la hora de preparar el plan de trabajo es fundamental que definas de forma muy concreta qué tareas son las que tienes que llevar a cabo. Así, de «estudiar matemáticas» podríamos pasar a «revisar Tema 1 de matemáticas y pasar a limpio apuntes Tema 2» o en lugar de «escribir en el blog», «artículo sobre situación política actual en blog».

Son pequeños detalles que a priori parecen innecesarios pero que durante la jornada van a sernos tremendamente útiles.

El tiempo que perdemos cada vez que tenemos que definir claramente cuál es el siguiente paso en una tarea termina por difuminarnos y restarnos motivación y capacidad de esfuerzo.

Redacta un plan realista.

Con las tareas concretas ya en la mano ahora toca redactar una lista de actividades/objetivos para nuestro día de trabajo.

Los seres humanos, en general, tenemos la tendencia a acabar cayendo en el «complejo del Héroe»: nos creemos capaces de doblar, triplicar y hasta cuadriplicar el tiempo haciendo 200 tareas en media hora. Esto, además de ser irreal, conlleva una problemática mucho más grave: nos desmotiva terriblemente.

Truco: Determina el tiempo estimado (TE) que consideras que te va a llevar hacer una tarea. Dóblalo (2xTE). Añádele un 25% (1.25x2TE) y obtén una aproximación más realista del tiempo que vas a necesitar.

Con el tiempo irás afinando más en la estimación realista del tiempo que necesitas para cada tarea pero siempre recuerda algo: es preferible planificar menos tareas y acabar las jornadas con todas ellas terminadas que ir acumulando día tras día tareas sin terminar.

A trabajar.

Una vez tengas el plan definido no te queda otra cosa que ponerte. Ya no hay que pensar en qué toca hacer. Elimina los distractores externos y ponte manos a la obra.