Anoche fue una noche triste.
Muchas ilusiones truncadas, sueños que terminaron por desvanecerse cuando a 2 segundos y 37 centésimas del final, Pau, el E.T. del Dream-Team español, lanzó a la desesperada la canasta que nos podría haber hecho campeones. Durante centésimas el balon rodó, tocó el aro, giró… y, a diferencia de lo que pasa en las películas, se salió.
Poco premio, esta medalla de plata, para los que sin lugar a dudas son los auténticos campeones.
Gracias chicos, por devolvernos a la magia del deporte, por demostrarnos lo que es un equipo.
En los JJ.OO. volveréis a sonreir, os lo aseguro.
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