Ayer acudí al preestreno de la nueva producción de los estudios Pixar: UP.
Dos motivos me hicieron salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja (y alguna que otra lagrimilla).
El primero por probar por primera vez la experiencia de visionar una película en 3D. Iba con serios reparos pensando que este sistema iba a dejar bastante que desear y nada más lejos de la realidad. Al entrar al cine te reparten unas gafas polarizadas para que cada ojo interprete una de las imagenes que se están proyectando sobre la pantalla de cine simultáneamente. De esta forma se consigue el efecto de profundidad y, por tanto, de tridimensionalidad.
Las gafas, lejos de ser las típicas que daban en las bolsas de Matutano, cumplian su función a la perfección, pese a que eché en falta algo más de ergonomía en las mismas.
El otro motivo por el que me divertí anoche fue por que la película en sí misma es una belleza. Hacía años que no admiraba tanto un trabajo de animación como el de UP: tanto argumentalmente como visualmente es una maravilla. Te ríes durante buena parte de la película, tiene momentos de tensión (adecuados al público infantil al que en principio va dirigida) y momentos de tristeza que te dejan con un nudo en la garganta. Todo esto hilvanado a través de una fantástica historia de las de antes llena de fantasía.
Total, que por 0€ (que fue lo que me costaron las entradas al ser un preestreno) disfruté junto con mi chica de una experiencia que recomiendo a todos.
Valoración total: 8 / 10
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