Es una realidad que la serie televisiva Juego de Tronos (Game of Thrones) se ha convertido en todo un fenómeno de masas alcanzando cuotas de pantalla impresionantes y llevándola a copar todas las listas y premios audiovisuales.
No obstante, tras haber visto las dos primeras temporadas y haber comenzado la tercera, mi impresión es que es un requisito casi indispensable para saborear bien la historia de Poniente el leerse primero los libros:
1. Profundidad de los personajes. La historia congrega una cantidad inmensa de personajes que se van interrelacionando entre sí a medida que el argumento se desarrolla. Pese a que se trata de un formato televisivo en el que contamos con episodios de casi una hora de duración, lamentablemente no es suficiente como para ahondar en todos y cada uno de los matices que George R.R. Martin ha sido capaz de trasladar en las novelas.
2. Imaginación. La televisión y el cine son un medio fabuloso pero limitante. Con la palabra escrita somos nosotros los que damos rienda suelta a nuestra mente y somos capaces de imaginarnos inmensos palacios rodeados de suntuosos paisajes exóticos. Pese a la bellísima factura fotográfica que presenta la serie televisiva, todavía queda lejos de alcanzar nuestra capacidad imaginativa.
3. Historia atropellada. En un argumento de corte histórico-fantástico hay algo que se hace fundamental desde mi punto de vista: la pausa. Las cosas, cuando se cuentan, cuando se leen, van sucediendo poco a poco, y de esta manera tejen una tupida tela en la que nos sumergimos. Esa pausa no existe en la adaptación. Todo sucede rápido, las elipsis temporales entre capítulos a veces son desconcertantes y los misterios y el suspense son prácticamente inexistentes.
4. Cambios en el guión. Es inevitable, pese a contar con el apoyo del propio escritor, que la historia varíe, sufra modificaciones para poder adaptarse a un medio distinto con lo que esto conlleva. Esto puede parecer poco importante pero en algunos momentos se pierde parte de la magia de la historia al eliminar o modificar pasajes escritos.
5. Entender Canción de Hielo y Fuego. Si empezamos a conocer la historia de Poniente a partir de los libros y luego la complementamos con la serie podemos alcanzar una visión global muy interesante de todo este mundo de fantasía ideado por Martin.
Todo esto no busca en absoluto desmerecer la adaptación televisiva que es, sin ningún género de dudas, una de las mejores, por no decir la mejor, de la historia de la televisión. Se trata más bien de recomendar lo que siempre se ha dicho: primero el libro, luego la película. Con Canción de Hielo y Fuego, es indispensable.
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