Uno de los fenómenos más extendidos en la actual red de redes es la llamada «red social». Sitios web como youtube.com, meneame.net, digg.com… fundamentan su éxito en los aportes de los usuarios.
Es parte de eso de la «web 2.0» (que de tanto usar el término terminará por perder todo el sentido).
El caso es que uno de los últimos servicios «sociales» en irrumpir en el panorama internauta es Twitter. Es sencillamente un sistema de blog que sólo te permite postear 150 carácteres (sin imágenes ni añadidos) con lo que tus mensajes son concisos y breves.
Quizás sea por esto último y por la posibilidad de interactuar con otros usuarios Twitter lo que le ha convertido en un «boom» social (otro de tantos).
Pero a lo que iba no es a alabar las características de Twitter, sino a tratar de entender el por qué cuando algo de la web 2.0 triunfa, automáticamente aparecen 150 clones ofreciendo lo mismo. Todos sabemos que aunque exteriormente parezcan iguales, lo que importa es la base de usuarios.
20minutos.es, la versión online del periódico gratuito, nos tiene acostumbrados a «innovar» en sus servicios y cuál ha sido mi sorpresa al ver que su última propuesta en un «miniblog» (http://miniblog.20minutos.es//index.php) ‘calcado’ tanto gráficamente como en funcionamiento al que ofrece Twitter.
El éxito de estos servicios no tiene nada que ver con su grafismo o su eficiencia de código sino en toda la masa social que los sustenta. Los plagios a youtube (DailyMotion), a Menéame (Fresqui) demuestran precisamente esto: el que tiene la idea es que el triunfa, los demás tratan de reinventar la rueda.
Podéis acceder a mi Twitter desde la dirección http://www.twitter.com/sergioMadrigal
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