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Telefónica migrará su infraestructura móvil a SingleRAN

Telefónica ha decidido dar el paso y renovar toda su infraestructura de telecomunicaciones a nivel nacional.
Esto implica, según comentan en Expansión.com, la sustitución de 18.000 emplazamientos donde tienen situadas las antenas de Ericsson, Nokia Solutions & Network (NSN) y, en menor medida Alcatel.

El objetivo de este cambio es migrar el actual despliegue que comprende antenas GSM (2G), UMTS(3G) y LTE(4G) a una tecnología conocida como Single RAN que va a permitir dar servicio de todas estas tecnologías simultáneamente.

Gracias a esta nueva implementación, más eficiente enérgitcamente y preparada para trabajar con las futuras frecuencias a las que podrá operar Telefónica una vez el Gobierno entregue la concesión, Telefónica se pone a la cabeza en infraestructura de comunicaciones móviles y da un paso adelante para ofrecer un servicio integral a sus usuarios.

Sin lugar a dudas es un movimiento positivo que hace más evidente el futuro de las telecomunicaciones a nivel de usuario en el que la convergencia de servicios es ya una realidad y que además abre un abanico enorme de posibilidades a desarrolladores de servicios y aplicaciones que van a disponer de una plataforma de distribución que les va a permitir proveer sus soluciones al cliente final a unas velocidades inconcebibles hace unos pocos años.

España no quiere que la red sea neutral.

Sinceramente es algo que no me sorprende.

Si las cuotas de poder que tiene este país están gobernadas por dinosaurios tecnológicos que se pliegan a las exigencias de lobbys de presión no podemos sorprendernos de la noticia que hoy ya corre como la pólvora por la red española:

«El gobierno español admite la ruptura de la neutralidad en la red» [El País]

Lo que sucede es que actualmente la ley impide a las operadoras de telecomunicación (Telefónica Movistar, Jazztel, Ono, etc.) ofrecer servicios distintos en función del uso que se les de a los mismos, esto es, en definitiva, cobrarte no sólo por el acceso a internet sino por lo que hagas mientras navegas: ver vídeos, descargas, consulta de correo, juegos online.

La UE está debatiendo si es posible cambiar esto. Y España, cual perro faldero de las grandes telecos, no ha tardado en sacar su lengua y mover el rabo. Es decir, en pocas palabras ha dicho que le parece lógico y normal que en función de lo que se haga, se cobre más o menos. Pero vamos, que se cobre.

Esto, en sí, es una auténtica vergüenza y atenta directamente contra la libertad en la red. Pero en este país donde cualquier enchufado sin los más mínimos estudios puede llegar a ser presidente de algo, el pedir que la población salga a la calle para reclamar esa libertad es como pedirle a Telecinco que emita contenidos de calidad: tarea imposible.

Nuestro gobierno, sea del signo político que sea, seguirá plegándose a los deseos de los que tienen dinero y la capacidad de exprimirnos.

Y así nos encontramos con que vivimos en el engaño de una vida en un país avanzado, donde las libertades y los derechos de los ciudadanos priman sobre los deseos de una minoría.

No os equivoquéis, disfrada tras la máscara de elecciones cada cuatro años con sufragio universal se esconde la mayor enfermedad del siglo XX: la dictadura del capital y el poder.

Desarrollo integral de aplicaciones

La llegada de las nuevas tecnologías ha supuesto una mejora sustancial en nuestra calidad de vida. Disponemos cada vez de más elementos que nos permiten disfrutar de sensaciones y experiencias allá donde vayamos.

Pero con esta evolución han aparecido una serie de inconvenientes asociados al desarrollo natural de la tecnología.

Actualmente nos encontramos con que existen distintos tipos de dispositivos, con distintas funcionalidades, distintos tamaños y distintas ubicaciones. Junto con esta amalgama de aparatos nos aparece la barrera de la intercomunicación entre ellos.

Pese a que se están dando los pasos adecuados hacia una infraestructura de red única, todavía estamos en pañales (y más en España). No obstante, ya es un buen momento para irse planteando la implementación de soluciones integrales que incluyan todo tipo de dispositivos, que sean compatibles con todos ellos y que, además, nos permitan la interacción de los mismos.

El futuro, sin lugar a dudas, está en el desarrollo de aplicaciones integrales y una buena muestra es el rumbo que han tomado las operadoras de telecomunicaciones ofertando lo que comunmente se denomina «cuádruple play»: televisión, teléfono, móvil y acceso a internet.

Todos para uno, y uno para todos.

Quizás sea la máxima más importante en la primera parte del siglo XXI.