Ante la escalada de piruetas bursátiles y el posible desplome de la banca internacional no hay mejor bálsamo que el buen fútbol.
Muchos culés este año están teniendo la suerte de que frente a la crisis económica pueden pasar el rato y olvidarse un poco del IPC y del Euríbor a base de buen fútbol. Messi, Iniesta, Xavi y compañía están haciendo las delicias de los amantes del balompédico deporte con partidos redondos semana tras semana.
Lamentablemente, nosotros los madridistas, sus eternos rivales, nos tenemos que conformar con lo que vimos anoche. Esos 11 peleles que dicen ser jugadores de fútbol con el alemán alias ‘la culpa la tienen los demás’ al frente diron un vergonzoso espectáculo durante los 90 minutos que duró lo que tenía que ser un partido de fútbol.
En plena recesión económica, cuando el paro aumenta y no parece tener techo, no hay lugar para el perdón de esos 11 descarriados incapaces de tener la ambición suficiente ni para ganar al parchís.
Me quedo con dos imágenes que se me grabaron a fuego:
– Casillas, 2º capitán de un Real Madrid que aspira a la triple corona, campeón de la Eurocopa de naciones con España, recibiendo una tarjeta amarilla por… perder tiempo en el minuto 89 con el 1-1.
– Raúl, marcando un golazo, y dándonos la razón a todos: a los raulistas porque es uno de los mejores delanteros de todos los tiempos y a los antiraulistas porque a parte del gol hizo jugar al Madrid con uno menos 90 minutos.
La culpa, esta vez Mr. Schuster, no la tuvo el árbitro.
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