Cierro los ojos y me digo: controla lo que esté en tu mano controlar. Lo repito, esta vez en voz alta. Decirlo en voz alta me da valor.
André Agassi
Si tengo que empezar la lista de cosas que me han salvado esta cuarentena, empezaré por el principio. Y el principio me lleva a André Agassi, a su vida, a su lucha contra sí mismo y a su triunfo final, el más importante de su carrera.
Sin lugar a duda, Open, su biografía autorizada, es un relato de la relación imposible entre aquello que odias y lo que te hace especial cuando resultan ser la misma cosa. La pelea constante contra los fantasmas de la infancia que te han convertido en un genio de tu generación.
Narrada en primera persona y con un ritmo que engancha prácticamente desde la primera frase, la biografía de uno de los grandes jugadores de tenis de todos los tiempos no defrauda ni un instante. Atrapa al lector hasta que siente el mismo dolor en cada golpe de revés, en cada derrota y le permite compartir algo de ese júbilo que traen las victorias: sean contra Pete Sampras o contra el propio Agassi.
Como toda biografía, hay mucho de ensalzar al protagonista de la historia, mucho de lucha contra las circunstancias que lo terminan convirtiendo en el héroe del relato. Pero aquí hay mucho más donde buscar: muchas zonas oscuras, muchas caídas. Hay un ejercicio de reflexión y de reconocimiento de su hundimiento como deportista y como persona. Y de lo que le hizo resurgir convirtiéndose en un mito. .
Agassi fue un niño que se hizo campeón de todo odiando lo que hacía. Y que empezó a disfrutar de su don el día que decidió dejarlo. El camino que recorrió hasta ese final es el camino que todos, de un modo u otro, terminamos por recorrer en nuestra vida, en nuestra búsqueda por encontrar aquello que nos apasiona y que nos hace felices.
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