Hacia dónde se dirige la distribución de contenidos

Hacia dónde se dirige la distribución de contenidos

Somos un país de piratas.

No lo digo yo, lo dicen muchos estudios realizados en nuestro país que nos colocan a la cabeza de los países consumidores de contenidos protegidos por derechos de autor de forma ilegal.

Ahora bien, mi pregunta es: ¿lo somos por voluntad o por necesidad?

No quiero entrar en el debate de si la cultura debe ser gratuita o no.

Mi objetivo es otro, la pregunta que lanzo va en otra dirección: ¿dispone España de las plataformas necesarias para proporcionar un servicio de distribución de contenidos a la altura de los tiempos que corren?

Mi respuesta en este caso es mucho más sencilla: no.

Falta de innovación

En España llevamos unos cuantos lustros a la cola de la implantación de las nuevas tecnologías.

Junto a las conexiones con anchos de banda lejos de los países más desarrollados, nos encontramos con la práctica inexistencia de plataformas que faciliten el consumo de contenido.

Con la llegada de Spotify vimos la respuesta a esta necesidad. El gran logro de Spotify en realidad son dos: cantidad y facilidad. Una aplicación multiplataforma sencilla de utilizar unida a la posibilidad de escuchar prácticamente de todo.

¿Por qué no existe algo similar para series/cine?

Pese a que no tengo una respuesta consistente, intuyo que tiene mucho que ver con la segmentación del mercado y con los intereses de los grandes (ahora más bien el gran) sistemas de pago por visión con Movistar+ a la cabeza. Un sistema que te permita consumir sólo aquello que realmente quieres pagando por ello un precio sensato, mucha gracia no les hace.

Y en esas estamos, utilizando canales alternativos por la falta de soluciones reales que cubran las necesidades de los consumidores.

Pero eso sí, la piratería es culpa de el español medio, que lo quiere todo gratis.

El futuro

Parece que la llegada de Netflix a España puede suponer un pequeño cambio en el panorama actual.

Digo pequeño debido a que su catálogo es reducido. No obstante se presenta con un modelo de negocio similar al de Spotify y esto es lo que resulta verdaderamente interesante.

Los próximos meses se aventuran divertidos en cuanto a movimientos de las operadoras y de sus ofertas. La gran incógnita es si se acercarán a un modelo más adecuado a lo que la actual tecnología les permite o seguirán ancladas en fórmulas del pasado.

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